Cuando la clasificación no sale como esperábamos: una mirada a las situaciones problemáticas en Educación Infantil

En Educación Infantil, las situaciones problemáticas forman parte esencial del aprendizaje matemático. A través de tareas tan simples como clasificar objetos por color, forma o tamaño, los niños/as desarrollan habilidades de observación, comparación, toma de decisiones y pensamiento lógico. Sin embargo, a veces los resultados no son los que las docentes esperamos… y ahí es donde surge la verdadera riqueza educativa. Hace unos días , las tutoras de 3 años, propusimos al grupo una actividad clásica: guardar ositos de colores en dos recipientes según el criterio de clasificación que ellos eligieran. Después de explorar las posibilidades —color, tamaño, cantidad, incluso textura— les pedimos que tomaran una decisión conjunta. Para nuestra sorpresa, el criterio elegido fue tan original como desconcertante:

“En este recipiente metemos todos los ositos, y el otro lo dejamos vacío.”

A primera vista podría parecer que la consigna no se ha entendido, pero en realidad ocurrió algo mucho más interesante. Los niños/as demostraron que habían comprendido la idea de clasificar, pero eligieron un criterio propio: “todo” y “nada”. Una forma de clasificación binaria completamente válida desde su lógica infantil.

Esta situación se transforma entonces en una excelente oportunidad para reflexionar:

• ¿Qué entienden ellos por clasificar?
• ¿Por qué consideran que separar entre “todo” y “nada” es una forma válida de hacerlo?
• ¿Cómo podemos acompañarlos para ampliar su mirada sin invalidar su razonamiento?
• ¿Qué pistas nos da esta decisión sobre su nivel de desarrollo cognitivo?
  

Lo maravilloso de trabajar en Infantil es que cada respuesta inesperada abre una puerta. Una puerta hacia su forma de pensar, hacia la creatividad, hacia la construcción temprana del razonamiento matemático. Nuestro papel como docentes no es imponer un único camino, sino escuchar, observar y guiar, aprovechando estas situaciones para enriquecer el aprendizaje.

A veces, un recipiente lleno y otro vacío dicen mucho más sobre el pensamiento infantil que cualquier ejercicio perfectamente resuelto.

Explorando la clasificación libre en Infantil: dos bandejas, muchos colores y una decisión colectiva.

En este video presentamos una breve actividad realizada en el aula de Educación Infantil, pensada para observar cómo los niños organizan materiales cuando no se les ofrece ningún criterio previo. El objetivo no es que clasifiquen “bien”, sino descubrir cómo piensan, qué estrategias surgen de manera espontánea y cómo negocian las decisiones entre ellos. Para ello, colocamos sobre la mesa dos bandejas —una azul y otra roja— y varios ositos de colores: azul, amarillo, verde y rojo. La consigna fue simple:

“Podéis organizar los ositos como queráis.”

Lo interesante llegó justo después. Mientras uno de los niños decidió colocar los ositos azules en la bandeja azul, otros dos niños tomaron una decisión distinta: guardar todos los demás ositos (amarillos, verdes y rojos) en la bandeja roja.

Sin haberles propuesto ningún criterio, ellos mismos construyeron uno:

• Correspondencia por color en el primer caso.
• Agrupación del resto en una sola bandeja en el segundo.

Esta dinámica nos permite observar cómo, incluso en situaciones abiertas, los niños/as recurren a patrones, asociaciones y decisiones cooperativas. También pone de manifiesto que dentro de un mismo grupo pueden coexistir diferentes formas de razonar, todas igualmente válidas y llenas de significado.

El vídeo muestra ese momento espontáneo en el que las ideas de unos influyen en otros, se negocian decisiones y el pensamiento matemático emerge de manera natural a través del juego.

Resolución de problemas básicos en Infantil: igualando cantidades a través de la acción en el nivel de 5 años.

En Educación Infantil, los problemas de resolución básica son una herramienta fundamental para acercar a los niños/as al pensamiento matemático de una forma vivencial y significativa. A través de situaciones muy concretas —repartir, igualar, añadir o quitar— los pequeños comienzan a construir nociones esenciales como la correspondencia uno a uno, la conservación de la cantidad o el reparto equitativo.

En el vídeo que presentamos se muestra una propuesta sencilla pero muy potente, por parte de las tutoras de 5 años:
 Igualar la cantidad de objetos en varios recipientes hasta que todos tengan seis.

Al inicio de la actividad, cada recipiente contiene una cantidad diferente de objetos. Esta desigualdad inicial genera de manera natural la situación problemática:

·  ¿A cuáles les faltan objetos?

·  ¿Cuántos necesitan para llegar a seis?

·  ¿Qué recipientes están completos?

·  ¿Desde dónde podemos tomar objetos para equilibrar el reparto?

Los niños/as, mediante la manipulación directa, comienzan a contar, comparar y ajustar, añadiendo objetos a cada recipiente hasta que todos alcanzan la cantidad objetivo. En esta aparente sencillez se esconden múltiples procesos matemáticos:

Los niños, mediante la manipulación directa, comienzan a contar, comparar y ajustar, añadiendo objetos a cada recipiente hasta que todos alcanzan la cantidad objetivo. En esta aparente sencillez se esconden múltiples procesos matemáticos:

• Conteo estable y correspondencia al verificar cuántos objetos hay.
• Comparación de cantidades para identificar diferencias.
• Cálculo básico al determinar cuántos faltan para llegar a seis.
• Toma de decisiones al elegir qué objeto mover o dónde colocarlo.
• Lo más valioso es que estos aprendizajes no se dan a través de fichas ni instrucciones cerradas, sino mediante la acción, la exploración y el intercambio entre pares. El problema no se resuelve en una hoja, sino en un escenario real y manipulativo, donde los niños pueden experimentar, equivocarse, corregirse e incluso justificar sus soluciones.
• Este tipo de actividades nos recuerda que la resolución de problemas en Infantil no consiste en “hacer cuentas”, sino en dar sentido a las matemáticas a través de situaciones cotidianas, accesibles y llenas de significado para ellos.

Estos primeros meses de curso en el colegio Tartessos han sido muy especiales para los más pequeños del cole.

Los niños y niñas de 3 años continúan adptándose poco a poco a sus nuevas rutinas, normas y hábitos, descubriendo un mundo lleno de novedades que les acompaña en esta nueva etapa.

Durante este trimestre, las aulas se han convertido en un espacio seguro donde explorar, jugar y aprender. A través de canciones, cuentos y juegos simbólicos, vamos conociendo y practicando las rutinas diarias: colgar la mochila, organizar los materiales, reconocer los espacios del aula y participar en pequeños encargos que les ayudan a ganar autonomía y seguridad.

DESCUBRIENDO NUEVOS ESPACIOS

Además de familiarizarse con su clase y con sus compis, nuestros pequeños exploradores están recorriendo otros rincones del Centro: los espacios comunes, el patio, el comedor e incluso el edificio de Primaria, que observan con gran curiosidad. Todo ello les ayuda a comprender mejor su entorno y a sentirse parte de colegio.

PSICOMOTRICIDAD: MOVERSE PARA APRENDER

En las primeras sesiones de psicomotricidad, los peques disfrutan saltando, corriendo, trepando y experimentando con su propio cuerpo. Estas actividades no solo favorecen su desarrollo motor, sino también su confianza, la expresión de emociones y el juego compartido.

TALLER MOTRICIDAD FINA

También hemos comenzado nuestro taller de motricidad fina, donde realizamos actividades como ensartar, trasvasar, manipular piezas pequeñas o rasgar papel. Estas propuestas les ayudan a mejorar la coordinación óculo-manual, la precsión de sus movimientos y la fuerza en las manos para prepararse para futuros aprendizajes.

Estamos muy orgullosas de cómo están viviendo este proceso de adaptación. Cada día avanzan un poquito más, y lo hacen con ilusión, alegría y muchas ganas de seguir descubriendo todo lo que este nuevo curso tiene preparado para ellos/as.

En Infantil de 4 años hemos tenido una visita muy especial… ¡los monstruos! Pero no os preocupéis, eran monstruos divertidos, llenos de colores, ojos locos y muchas ganas de jugar.

Durante este proyecto, nuestros niños y niñas han creado sus propios personajes monstruosos, han escuchado cuentos “no tan terroríficos” y han descubierto que el miedo se puede transformar en risas, creatividad y fantasía.

Nuestras clases se han llenado de imaginación, pinceles, colores, emoción… ¡y algún rugido amistoso!